domingo, 28 de junio de 2015

Tell me about...

Las tres menos cuarto de la tarde. ¿Puedo entrar, por favor? Lo tradujo al inglés. Of course! Thank you, very much! Entró en el examen oral con alma de flan, por los nervios a esas horas intempestivas, por los nervios de la prueba en sí y por aquellos ojos ingleses y maduros que expresaban amabilidad y resultaban adorables.
¿ Puedes hacerme una pregunta sobre normas? , le preguntó él a ella. Era uno de los temas del curso  añadidos a última hora. Ok! Why...?  Y el profesor le contestó que a él le gustaba romper las rules and regulations. ¡Ah! Risa compartida. El hombre tenía mucho sentido del humor, como ella. ¡Menos mal!
Ocho minutos.¡Qué largos o qué cortos! ¡Imposible computar tanta información en esa cifra!¡Cuánta  razón tenía Einstein!
Tranquila, se dijo pensando en el genio, relativiza la experiencia. El topic original, y lo demás a esperar. ¡Si seré torpe, se dijo, que parece que soy de Primero con los errores, sabiendo lo que ya sé de mi nivel! ¡Debo estudiar más, aunque apruebe, perder esta inseguridad absurda!
El profesor aquel debía de ser buenísimo. Hay cosas que se intuyen a primera vista. ¡Ojalá pudiera asistir a clase con alguien así, pensó, aunque alguna de sus profesoras anteriores también le había resultado magnífica!
Y ahí está, esperando una nota, y recordando unos ojos parecidos a los de Shakespeare.

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