miércoles, 11 de junio de 2014

La mariposa del agua, de Cuentos armónicos. Fragmento.

Para los pequeños la chopera era una selva con un río, porque las hierbas crecían hasta sus cinturas y en los árboles se podían colgar lianas de juncos trenzados y en el río, que no era río, sino arroyo, el agua se podía cruzar echándole piedras gruesas o adentrándose en su corriente entre ranas y renacuajos, sorteando libélulas, mariposas, pájaros e imaginaria fauna de distintos continentes, desde leones y tigres, hasta monos, ovejas, caballos, elefantes, pingüinos, osos, renos, avestruces, colibrís, ballenas y delfines, águilas y cigüeñas, dinosaurios extinguidos o extraordinarios dragones de fantasía.
Aquella selva, símbolo del mundo, la recreaban los niños a partir de sus sueños y de todo lo que aprendìan en sus familias, en la escuela, en los libros, en las callejuelas, en la amistad que propiciaban los juegos.
La chopera era el lugar ideal para fumar la pipa de la paz al estilo indio, para conectar con extraterrestres cuando el viento formaba remolinos, para lanzar pelotas al agua, como si fueran balas de cañón que los barquitos de papel debían evitar, para liberar a los esclavos atados a los chopos, para seguirle el ritmo a combas, gomas, peonzas y chapas en la playa que existía como un remanso...
...La mariposa del agua se hizo pequeñita otra vez y se metió dentro del chopo, mientras una forma de mariposilla aparecía en el árbol, a la altura de las cabezas de los pequeños....
...Lysandra a veces sale para volar sobre la selva o viaja a otras latitudes. Pero siempre, como es un hada, escucha la voz de la chopera, cuando los que la quieren la llaman. Y se mete en su chopo. Ése es su poder y su alegría.

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